El extraño caso del sistema educativo argentino en 2018
En su último trabajo, lanzado hace apenas unas semanas, el Indio Solari tomó un tema de melodía alegre para hacer una alegoría a la oscura desigualdad social. "Mi callejón" y "Tu callejón", dos posiciones antagónicas donde una es "milagrosa", mientras que la otra cae en un "¡bang, bang, bang!", donde "los pibes" son las víctimas más afectadas. Indiferencia, dinero, muerte.
Al escuchar esto pensamos en la educación, y sus esfuerzos cada vez más dificultosos por ayudar a ese callejón desfavorecido. Una pregunta nos despierta:
"¿Qué está pasando en este 2018?"
Han sido unos últimos 2 meses muy alocados. Aunque nuestra frecuencia de escritura tuvo fuertes altibajos, hemos visto todo lo que estuvo sucediendo. Por más que nuestras mentes se hayan tomado un tiempo para ocuparse en una serie, una película, un libro, o simplemente se hayan perdido en un universo fantástico como el de Andrzej Sapkowski; no pudimos desprendernos completamente de todo lo que realidad argentina atravesó. Hemos conversado e investigado, nos hemos preocupado por seres queridos que han estado en las calles frente a condiciones climáticas desfavorables, y hemos vuelto con una buena dosis de cuestiones para enfrentar.
Habiendo pasado por esa conclusión, un tópico ha tomado particular centralidad en las últimas semanas: la situación del sistema educativo.
En este blog no somos extrañxs a la discusión sobre la educación, pero el último encuentro que tuvimos ofreció una perspectiva interesante para articular al decadente estado de las escuelas, particularmente en la Provincia de Buenos Aires. La discusión en particular refiere a las distintas leyes de educación promulgadas en Argentina, y la mirada que cada ley ofrecía sobre el rol del Estado, la definición de educación, y otras cuestiones más. Nos ha llamado mucho la atención la cuestión del Estado como figura garante de la educación, de su acceso y su defensa como bien público y derecho personal; de acuerdo a lo contemplado en la actual Ley de Educación Nacional (26.206). Nos ha llamado la atención porque vemos en las noticias casos de docentes sufriendo terribles accidentes a razón de una muy precaria infraestructura en las escuelas. Luego vemos a dichas escuelas siendo cerradas por no superar satisfactoriamente las inspecciones. En otros casos vemos a niñxs yendo a comer en lugar de a estudiar (este tópico lo trabajamos en repetidas ocasiones). Y en el nivel superior vemos a muchas universidades en paro, con docentes negándose a trabajar hasta que el Estado resuelva sus reclamos. Todas estas cosas que vemos nos hacen pensar que este Estado no está siendo del todo garante. Y no es una cuestión que sorprende, considerando la tendencia clara de la administración gubernamental. Lo que nos sorprende, y que queremos plantear hoy, es la coexistencia de dos miradas completamente distintas sobre el sistema educativo. Por un lado tenemos una ley que describe y prescribe las garantías que el Estado debe cumplir; por otro lado, vemos una administración estatal que obstaculiza o directamente omite estas garantías en cuestión.
Y finalmente pensamos... ¿qué clase de derecho personal a la educación el Estado está garantizando cuando debe cerrar escuelas por no estar en condiciones estructurales aceptables, a las cuales debería haber otorgado el presupuesto suficiente para el mantenimiento de sus actividades?
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1 de 4 tubos de luz funcionando, en una escuela con turnos mañana, tarde y noche. |
Y finalmente pensamos... ¿qué clase de derecho personal a la educación el Estado está garantizando cuando debe cerrar escuelas por no estar en condiciones estructurales aceptables, a las cuales debería haber otorgado el presupuesto suficiente para el mantenimiento de sus actividades?
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