Las cruzadas de las neodictaduras neoliberales



La exaltación de los valores nacionales, el discurso xenófobo y excluyente. Políticas de fraude, libre comercio y lavado financiero. Privatizaciones y reformas fiscales. Riqueza para los ricos y pobreza para los más pobres. Medidas de represión frente a todo reclamo, campaña de demonización mediática para controlar la población. Este es el panorama por el que América Latina está atrevasada, y con los recientes sucesos en Brasil no parece que vaya a cambiar pronto.

Luego de ver hace unos meses la victoria de un candidato de izquierda en México (donde los principales partidos de derecha han dominado las urnas durante más de 80 años), algunxs comenzamos a pensar si este era el comienzo del retroceso de la derecha en el continente, dando pie a una nueva etapa progresista potenciada por la tendencia mundial actualmente existente del proteccionismo. Sin embargo los casos de Argentina, Brasil y Honduras (entre otros) nos están pintando un panorama distinto.


"Porque fuimos potencia mundial
Somos pobres, nos manejan mal"

¿Qué es una neodictadura? Nos permitimos tomar prestadas algunas frases del diario El Nacional de Venezuela (aunque no adherimos al contexto con el que se utiliza el término ni celebramos las afiliaciones del periódico con otros medios latinoamericanos como La Nación y O Globo) para brindar un primer acercamiento:

"¿Qué es una neodictadura? Es una dictadura de los nuevos tiempos; es decir, con una cierta fachada democrática dada en esencia por la realización de elecciones y que permite algunos espacios de relativa autonomía en lo político, económico y social, siempre y cuando ello no ponga en riesgo lo más importante: la continuidad de la neodictadura. Las dictaduras tradicionales han caducado. Son más difíciles de combatir, ya que el barniz democrático deja ver su fondo antidemocrático, y la oposición tiene que luchar con métodos que sí son democráticos."

El artículo citado luego apunta contra Nicolás Maduro, pero en lugar de seguir con su línea, nosotrxs decidimos redoblar la apuesta y apuntar esta definición de neodictadura a los gobiernos neoliberales latinoamericanos. Bajo nuestra perspectiva, añadimos que la neodictadura hace referencia a un gobierno electo democráticamente pero con el apoyo de los mitos que los grandes medios de comunicación y grandes empresarios calaron en el grueso de la sociedad. Aquellos mitos recaen sobre temas que hemos discutido en este blog desde su comienzo: el ideal meritocrático, el fetichismo de las mercancías, la demonización de la izquierda, la inseguridad como producto único de las clases bajas (o de "los negros", tal como lo personifica el mito). La neodictadura llega al poder por medios pacíficos, pero no se confundan, una vez en el poder retira su máscara electoral y comienza a obrar bajo su verdadero propósito: beneficiar a los altos sectores sociales, beneficiar entidades internacionales y perjudicar al resto del pueblo en su conjunto.


"Nos quieren pegar, pegar
Y nos la van a pagar"

Este caso lo hemos visto en Argentina en la década del 90 y actualmente lo estamos volviendo a ver, ¿o acaso pensaban que no íbamos a notarlo? Honduras está viviendo un proceso similar ahora mismo, donde la privatización del servicio eléctrico aparece como un factor principal en el brusco deterioro de las condiciones de vida de una población donde el 60% se encuentra por debajo de la línea de pobreza, llevando como consecuencia a la movilización de la caravana de emigrantes con destino a Estados Unidos. Finalmente, el caso de Brasil es el ejemplo principal que nos llevó a crear este artículo.

Decir que la situación en Brasil es violenta es decir poco. Tan sólo en la última semana vimos todos los elementos de una neodictadura expresados en la sociedad: el Poder Judicial brasilero ordenando intervenir universidades debido a que las banderas contra Jair Bolsonaro eran consideradas como propaganda política; o el video viral de un niño claramente atravesado por los mitos fundados por O Globo hablando sobre la necesidad de votar a Bolsonaro para poder trabajar sin "como la gente" sin que lo maten. Si nos remontamos unas semanas más atrás encontramos el caso de una mujer asesinada al grito de "Bolsonaro sí", el glosario de frases machistas, misóginas, racistas y homofóbicas del mismo Bolsonaro, y otras cosas horribles que configuraron el escenario preelectoral del Brasil. Los mitos de O Globo han calado fuerte en el grueso de la sociedad, y esto nos deja pensando sobre qué pasará ahora que efectivamente Bolsonaro ha ganado las elecciones; o peor aún, qué va a pasar en Argentina luego de que nuestrx presidente diera todo su apoyo a semejante personaje. Nuestra América Latina está fragmentada, nos están haciendo odiar al otro cultural, a culpar a nuestrxs hermanxs por cosas que estas neodictaduras neoliberales nos están haciendo. Basta.

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